El jersey local del Real Betis en la temporada 1995-1997 es recordado por su tradicional diseño verdiblanco, con franjas verticales verdes y blancas. Este uniforme acompañó al equipo en una de sus mejores épocas en La Liga, alcanzando puestos europeos. Inmortalizado por jugadores como Alfonso Pérez, este jersey es un símbolo del orgullo y la tradición bética.