En esa temporada, además de Javier “Chicharito” Hernández, quien con su olfato goleador y capacidad para estar en el lugar adecuado fue una pieza clave, el equipo contaba con grandes estrellas. Robin van Persie, máximo goleador de la Premier League, fue decisivo en la obtención del título. Ryan Giggs y Paul Scholes, leyendas vivientes del club, continuaban aportando su experiencia en el mediocampo, mientras que Wayne Rooney seguía siendo una amenaza constante en el ataque.