La camiseta morada, testigo del histórico logro de convertirse en el primer equipo en ganar dos Champions League consecutivas, inmortalizó la actuación de Cristiano Ronaldo en la final con un doblete. Por otro lado, la clásica camiseta blanca acompañó al equipo en su camino hacia la gloria, siendo un emblema de la grandeza del club en una temporada llena de éxitos.